jueves, 8 de mayo de 2014

APARIENCIAS

La mañana era soleada. Una dama y su hija que paseaban por el parque se sentaron a la sombra de un sauce. La madre cerró el parasol y lo puso en su regazo. - Niña, ¿has dicho que esta tarde nos presentará a sus padres? – preguntó sacando la punta de la lengua mientras pensaba. - Sí, mami – dijo la hija pasando un dedo por el respaldo del banco arrugando la nariz mientras evitaba apoyarse en él. Una limpiabotas que pasaba delante de ellas se acercó y les preguntó si querían sus servicios. La dama, a modo de respuesta, sin tan siquiera mirarla, levantó el pie en el aire. - Pues no se te puede escapar. Me he paseado por delante de su finca. Es inmensa y el jardín lo tienen impecable. La dama cambió el pie y la limpiabotas continuó con su trabajo mirándolas de vez en cuando sin que se diesen cuenta. - ¿Y es guapo? Bueno, tampoco importa demasiado si tiene la cartera llena. Ya sabes que papá apuesta demasiado y tenemos muchas deudas. Y los caballos no son nada baratos. ¿Habéis hablado del viaje de novios? La boda la pagará él, ¿no? A la hija no le dio tiempo de contestar ya que la dama miró sus pies y se levantó enfadada. - ¿Pero qué has hecho, idiota? – los zapatos estaban perfectos pero ni aún así la limpiabotas dijo nada - ¡Si ni siquiera los has limpiado! No pensarás que te voy a pagar por esto, ¿verdad? Vayámonos antes de que me los rompa esta... – abrió el parasol y giraron la cabeza indignadas. Hacía mucho calor cuando llegaron a la entrada de la finca y el abanico no daba abasto. - Pero qué bonito está todo, tiene que costar un dineral… - le susurró a su hija. La dueña de la casa salió en persona a saludarlas. - ¡Pero qué zapatos tan bonitos y limpios lleva usted! Si es que hay cada elemento por el mundo… Personas que sólo se fijan en la cartera de los demás o de las propiedades que se tiene, ¿verdad? La dama todavía tenía la boca abierta cuando le cerró la puerta en sus narices. - Ahhhh – gritó la hija montando una escena. - ¡Lo has estropeado todo! Con lo que me había costado que el idiota más rico se fijase en mí… - lloraba mientras pateaba el suelo.