sábado, 3 de diciembre de 2016

DESDE LA ROCA


Se acercan las trombas marinas. Ya no hay retorno ni solución posible. He conseguido convertirte en pájaro. Tú podrás huir y te salvarás del final de nuestro mundo.
Me apena observar desde la roca como se deshace nuestro hogar. Las nubes envuelven las paredes y las desintegran. El suelo tiembla y levanta las raíces del árbol hasta sacarlo completamente de su suelo. Cae sobre el agua y muere entre agónicos movimientos de sus ramas.
Desde la roca observo, también, esas naves. Odiosos seres albergan. Nos han descubierto con sus miserables poderes. Ahora invaden nuestro planeta a la fuerza, sin preguntar si eran invitados a cenar. Ahora llegan y lo destruyen todo con sus humos y sus gases.
Tú levantas el vuelo. Me despido de ti con mi mirada de hormiga desde la roca. Intentaré salvarme bajo la tierra. Nos veremos, si podemos, en otros lares.

martes, 20 de septiembre de 2016

LA CASCADA SIN CUERDAS



Allí en el fondo del abismo todo gira y gira al compás de las horas de la vida. El haz de luz se alimenta de las lágrimas vertidas a diario por miles y miles de seres despoblados de todo sentimiento. Quizás si se cerrara la puerta al dolor, el abismo negro dejaría de ser alimentado y, así, moriría como mueren las flores venenosas cuando no se riegan.
Es difícil escalar una cascada sin cuerdas. Para conseguir el premio de la luz eterna he decidido beberme el agua del manantial hasta hartarme. Lograré ascender o moriré en el intento.
Me lleno la barriga de lágrimas. Duelen. Una quemazón interior me hace gritar al hueco de las nubes. Con la última gota que colma mi estómago exploto en mil pedazos.
Mis restos vuelan, saltan del agujero negro sin fondo, dejan de girar como locos. Puedo sentirlos, hechos trizas, pero vivos al fin.
Con torpeza coloco cada pedacito de mí en la hierba fresca del jardín de mis sueños. Poco a poco los voy uniendo. Primero una uña, luego una mano, después una pierna, al final los ojos. Y puedo contemplar el paraíso. Olvido, en esos maravillosos instantes, el ardor que me han provocado, minutos antes, todas las lágrimas tragadas junto a mi saliva.
Ahora ya no estoy en el fondo del abismo. He conseguido escalar la cascada sin cuerdas. Viviré hasta el fin de mis días entre las columnas de mármol, junto a mis sueños perdidos, encontrados de nuevo.

LA LOCURA DE DIOS





Esto que llegará a sus cerebros a continuación no fue redactado, sino transmitido...y debo resaltar que no ha surgido de mi mente superior. Simplemente soy el mensajero obligado, como un ángel del apocalipsis cualquiera, mas tampoco relataré la manera en que llegó, a través de una agonía insoportable, pues mi importancia aquí es nula... y supongo que debo compartirlo a mi vez, aunque quizás quiera, además que deba. No voy a desesperarme solo yo.

Ojalá pudiera hacerlo en torno a un fuego de un sol negro, con unos pocos miles de oyentes, pero ahora eso ya no es posible. El universo vive sus últimas horas de luz...Incluso yo, la perderé.

Cuando terminen, podrán hacer preguntas al aire, es indiferente. Me limito a anticiparles La locura de Dios; así es como me gusta llamar al mensaje. Esperaba que tal acontecimiento me llenara de alegría, pero al no estar involucrado ha perdido toda la emoción...

Entonces, ahora, ajusten sus sistemas de percepción visual y prepárense para lo que viene, para lo que fue, para lo que vendrá.
Gracias por su no-tiempo.
L.




Siendo mil en todos los mundos, emergió hecho jirones, porque el mismo pensamiento se resiste a desaparecer y volver a nacer, mas esas hebras eran suficientes para continuar. Y saltó hacia el Eter.
Cuando el camino del Aire terminó, atravesó el pórtico del Fuego, la única vía posible (y existente) que su potencial conocía. Cuando el fuego consumió el último mol de su ser, se obligó a continuar, porque la gran corriente bramaba siempre cerca del Pórtico.
Se arrojó, con un último impulso, al camino del Agua. No enloqueció ni gritó, no se perdió ni lamentó, era casi pensamiento puro. Y como el agua era vida, solo continuó.

Instantes o eones eran algo sin importancia, se reconfiguraban a la par que la corriente menguaba. El origen estaba cerca ya... Y en aquella cercanía, en aquella encrucijada que albergaba paredes ciclópeas y níveas, nada protestó.
El viajero se detuvo, para asomarse al sumidero por donde el agua se precipitaba. El tamaño era engañoso, aquello abarcaba galaxias enteras, que conformaban un universo experimental... No, el camino del agua había terminado para él. 
Y cuando dejó la corriente, la bóveda transparente que la cobijaba tembló.

Era una sombra diseminada en aquel destello perpetuo que recordaba ahora de forma tan nítida, mientras iba recobrando, momento a momento (solo por estar allí), la gloria de lo que fue, y su forma original volvió a ser suya, sus livianas pisadas se hicieron firmes, con el ritmo y la gracia perdidas. Estaba solo en esa magnificencia, era consciente de los ecos que reverberaban a su paso, y se preguntó porqué estaba tan vacío...

Deambulaba sin mirar, era presa de una ordalía fraguada en la disolución. Toda la voluntad gastada quería irse para enloquecer, mientras escuchaba desde las paredes encumbradas una sentencia:
Todo volvía, todo regresaba.
Su memoria le golpeó en una miríada insoportable y gritó. Gritó como nunca sus memorias recordaban, desgarrando su voz con lo que le asaltaba. Y era todo.
Todo volvía, todo regresaba.

Otras pisadas, otros pensamientos, sus juegos...Recorría una y otra vez esas estancias insustanciales, sin más compañía que el fragor de la sima por donde el agua se precipitaba.
Volvió junto al sumidero y permaneció allí durante nacimientos nebulares y formación de estrellas, y aun durante la muerte de la materia oscura en medio universo. Por fin, se desperezó y empezó a reír y llorar a la vez, simultáneamente tuvo un orgasmo y experimentó la agonía del dolor, amó y devoró, adoró y asesinó, y cien mil maneras más para abarcar... Aquello era lo que emanaba de aquel agujero.

Supo por qué estaba solo. Quizá, era el primero en regresar. Quizá, había otros caminos que los otros conocieran y no portara en su interior, pero pensar en ello le aterró. Sería estar condenado en un recorrido circular, ser el uróboros. Sus memorias le dijeron que había vuelto al punto de partida, pero nada más.
Arrancó las inmensas baldosas y los campos nebulares, cegó el cauce prístino y utilizó el cristal para anegar la cascada en el Portal. Tomó tal decisión, sin importar los otros ya, ni el universo experimental más allá del agujero.

Y, recordando la primera concepción, pronunció: Hágase la oscuridad.

viernes, 5 de agosto de 2016

RANITA


Ojos por todas partes, fue lo que pensé cuando llegué con mi secuestradora, aunque el silencio también me sorprendió. Eso supuso un punto negativo, teniendo en cuenta que eliminaba un sentido en mí.
-Empezamos mal.
Ya está, lo digo rotunda, sin acritud, (y sin escucharme). Dudo que Kap-as siquiera lo entienda, no es como yo. 
Me siento en un tronco caído y no la pierdo de vista mientras deambula entre la vegetación azulada y se alimenta con lo que se supone que coman estas criaturas. Nunca había visto una así, ni en mis sueños, y no sé de donde viene ni a donde va... 
Lo gordo, el inicio, sucedió cuando la toqué involuntariamente en aquel riachuelo de la montaña. Mi mano se poso en su cuerpo y todo cambió a mi alrededor. Donde había monte aparecía un arenal inmenso, al borde de un mar de fuego, y recuerdo aún el calor insoportable. Debí de apretar su cuerpo y de nuevo volvimos a otro escenario diferente, y a otro, y a otro...
No sé cuanto tiempo ha discurrido ni en cuantos mundos, o realidades, o lo que sea, hemos aparecido, la sorpresa aún no se ha ido de mi cuerpo.

A veces emite un sonido que suena tal que Kap-as, por eso la nombro así. Creo que me lee la mente, de alguna manera. Si tengo sed aparecemos cerca del agua; si tengo hambre, en algún campo frutal.
Esto es alucinante. En un par de sitios flotantes, casi nos eliminan unas entidades horribles. Ya le he dicho muy enérgicamente que los borre de su lista, que en una de estas no lo contamos...
Espero que, si tengo suerte, regresemos al riachuelo donde toda esta locura empezó. 
Voy a buscarla ya, me siento incómoda hablando sola (y sin escucharme).
¡Ay!,ranita extraña...

LOCURA



Mira a su alrededor, y siente como si la realidad estallara en sus ojos, una explosión de formas y colores como jamás los había visto; pese a la oscuridad nocturna, el cielo se cubre de diversas tonalidades entre el azul y el negro. Si lo intentara, podría contar hasta un millar de tonos de verde en las hojas de los árboles que le rodean... E incluso ve colores para los que no tienen nombre.

Y eso es solo un sentido; al mismo tiempo, su nariz se inunda de los millones de olores del bosque, su piel se eriza ante mil y una sensaciones desconocidas, en sus oídos resuenan cada gota que circula por el río.

Antes de que su mente reviente de información, se desvanece sobre la hierba mojada, pero antes de perder el conocimiento, dos voces profundas llegan hasta su maltrecho cerebro:

- Hum, creo que esta vez se me ha ido la mano.
- Espero que no, a ver si nos vamos a quitar de encima a una loca, que busca príncipes convertidos en rana, y en su lugar vamos a tener a una adicta a los alucinógenos...

viernes, 15 de julio de 2016

LA HUIDA



Se estaba mejor bajo las hojas pero había que salir. La noche nos protegía de ellos. Era el único momento en el que podíamos avanzar bajo la luz mortecina de la luna.
Mi madre me miraba con esos ojos grandes y brillantes sin expresión alguna. Yo no le quería preguntar el por qué. Solo sabía que ellos nos perseguían.
Ya habían cazado a muchos. Entre ellos a mi hermano y a mi padre. Nosotras tuvimos más suerte. Nos escondimos bajo un nenúfar rosa. Aquella preciosa flor nos salvó de ser secuestradas por ellos.
Ellos nos cazan con redes. Nos meten en unas bolsas transparentes. Y luego desaparecemos. Me gustaría saber dónde nos llevan pero mejor no pregunto. Creo que nos queman.
Mi madre no habla desde la última redada. Solo me empuja a huir. No he visto a nadie como nosotras desde que cruzamos el gran bosque de acero. Y de eso hace mil lunas.
Al salir el sol nos volveremos a esconder. Ahora nos detenemos bajo una hoja de helecho silvestre. Mi madre ha cazado moscas negras para mí. Están de muerte. Comeremos y seguiremos huyendo.
Veo luces que se acercan. Se oyen sus voces aceleradas por la ansiedad. Nos han visto. Son ellos. Van a cazarnos. Mi madre me empuja y caigo en el interior de una gran grieta del suelo. Está oscuro. Solo oigo los gritos de esos inmundos seres.
_Aquí hay otra, ¡cogedla! Debe de ser la última. Se terminó la plaga. Por fin descansaremos y dejarán de morir nuestros niños de "Batrocitosis".
Unos gritos más fuertes, como vítores de alegría retumbaron en mis sensibles oídos.

No lloro. Sigo en la grieta. Mi madre no ha regresado a buscarme. Han pasado muchas lunas desde entonces.
Me quedaré aquí quieta. Casi todas las noches caen insectos en la grieta. Me alimento bien y crezco. Pronto seré como mi madre de grande. Y saldré a la noche a buscar a otros como yo. Seguro que existen en alguna parte.




miércoles, 6 de julio de 2016

LAS MIL Y UNA PROFECÍAS



He logrado mi objetivo. Ya está en mis manos. El secreto mejor guardado del reino. Ese bebé que está destinado a cumplir la profecía nunca verá la luz del sol.

Aquí estamos, él y yo solos. Mis telas lo arropan. Mirarlo me devuelve la vida. No lo devolveré al reino pero tampoco cumpliré con el mandato de la bruja. La profecía no se cumplirá tampoco.

No sé que nos deparará el futuro juntos pero lo alimentaré con hinojos y hormigas hasta que crezca y sepa valerse por sí solo. Lo veré crecer y con él mis sueños. Cuando sea mayor que él elija su destino y con su elección que se cumpla la profecía que tenga que cumplirse. En el libro de los muertos sin nombre aparecen mil y una profecías.

Es tan hermoso....