martes, 23 de junio de 2015

BAJO CONTROL



—¿No crees que esto es un poco exagerado?
—¿Exagerado? Oyen nuestras llamadas. Leen nuestros correos. ¡Controlan nuestros tuits! Esto es más privado, donde va a parar...
—¿Y no has probado con palomas mensajeras?
—Tienen halcones.

—¡Ah! Claro...

DISTRACCIÓN



—Bien, pues ya está todo en marcha. Siendo idea mía, no sería correcto decirlo, pero es digna de Leonardo.
—Emmm, disculpe.
—¿Sí, mi Capitán?
—¿Está seguro de que funcionará?
—Por supuesto, mi Capitán. Mire, el viento llevará los globos hasta las líneas del enemigo; cuando este los vea, disparará contra ellos, pensando que es un sistema desesperado de comunicación con nuestros aliados, pero para cuando se den cuenta de que los sobres están vacíos, además de malgastar munición, el mensaje habrá llegado a su meta por los cauces normales.
—Espere, espere, espere... ¿Acaba de decir que los sobres debían estar vacíos?
—Claro, ¿qué si no?
—Pues... Me parece que... Que ni el coronel entendió bien su idea, porque me ordenó que llenara los sobres con copias del mensaje.
—¡¿CÓMO?!
—Para asegurarse de que llegaba, imagino...

—Madre mía —respondió el "Leonardo", dejándose caer en una silla—, creo que el que acuñó el término "inteligencia militar" era todo un optimista...

LA CORRIENTE DIOSGARM



—¡Dios...dios!
Con parsimonia, algo parecido a un ángel asintió al escucharlo. Se encontraba orbitando el éter de ese planeta tan productivo, un verdadero hallazgo en sus viajes de exploración. Y bajó en su dirección.
Tras el gemido final, se dispuso a preparar el globo que contendría cada una de esas sílabas extasiadas. Hizo una inspiración y las capturó,para después exhalarlas en uno de color azul noche y, tras sellarlo, lo soltó para que ascendiera junto con los demás que ya tenía recolectados.
Se reunió con él otra figura alada, un poco más pequeña, más delicada. Ella pensaba que, tras el último gemido, nada quedaba... Pero allí estaba él, rodeado de esferoides multicolores, provocando una corriente para que subieran más y más alto.
—¡Este planeta es inagotable, está por todas partes!
Tenía razón,pensó mientras le veía contarlos. Se escuchaba el éter como el ronroneo de una maquinaria constante, se repetían una y otra vez esos suspiros... y el nombre de dios. Prestó atención, aunque no entendía nada.
—Dios... eso no paran de decirlo.

El se giró hacia ella, ahora muy serio. Pasó muy cerca de su rostro las alas, afiladas como cuchillas, provocando una brisa cosquilleante en su piel desnuda.
—Tenemos que capturar todos los que podamos. Ayúdame y abriré uno para ti, experimentarás algo que ya ni recordabas...
La miraba con tal luz en sus ojos, que aceptó. Extendió unas alas negras como azabache cristalino y el rayo que desató acompañó su movimiento. Juntos, formaban un equipo excepcional.
—Ya no podemos abarcar más, ni aún entre los dos. Cumple ya tu promesa. Muéstrame lo que he olvidado.
Él, de toda esa miríada recolectada, escogió uno plateado y refulgente, y se lo dio.
—Rompe el sello, mi amor.
Rio al escucharle decir eso, pensando que se había contaminado con el éter tan denso y ruidoso de ese planeta , mientras lo abría.
La risa se cortó en seco en su garganta.
Sus ojos se humedecieron, sus latidos se aceleraron, la respiración era caótica y el vello se erizaba en su piel...jadeaba, presa de una urgencia extraña y quiso elevarse en un salto al espacio. Empezó a murmurar sin saber bien lo que decía mientras deseaba estallar...
—¡Dios!
Ahora recordaba, mientras caía.
Él la sostuvo entre sus alas sin provocar ningún daño, y quizá sí estaba contaminado porque la besó en los labios con delicadeza, entendiendo las lágrimas de pérdida que asomaban en sus iris negros...

Regresaron a los abismos como una estrella fugaz, llevando una estela multicolor tras ellos.

sábado, 20 de junio de 2015

DIMELO CON GLOBOS



Desde hace tiempo te escribo infinitas cartas de amor. Extensas y empalagosas palabras que no hacían más que ahondar en el dolor de mi alma, esas que se convierten en lágrimas nacidas del ayer para olvidar un mañana o sensaciones grabadas a fuego que jamás se marcharan. Son penas marcadas por la ausencia de tus besos. Son…no sé que son.
   Como una huida de almas hacia el cielo todas y cada una de mis oraciones cuelgan de un globo. Se elevan al infinito llevándose mi corazón, mi fuerza, mi ilusión. Cada una de esas misivas llevan un trozo de mí y un mundo de ti, recordando tus ojos, tu sonrisa y tu forma de reír. En ellas se aleja mi vida, pues en cada bola multicolor hay una dulce e irrepetible imagen de ti.
   No sé dónde estás, pues el día que te fuiste callaste tu destino en el eterno sueño, dejándome huérfano de futuro y vacío de amor.

   Te quiero y de los cientos de globos que pueblan el cielo, alguno llegará hasta tu corazón allá donde estés, y donde Él te esté cuidando, para que sepas que pronto estaré contigo.

miércoles, 17 de junio de 2015

DESEO CUMPLIDO

-Esta noche es la noche de los globos - dijo la camarera.
- ¿Globos? - pregunté.
- Si, cada 16 de septiembre, para terminar la temporada de verano, todos los clientes y empleados del hotel hacemos una suelta de globos.
- Parece divertido - dije bastante apática mientras daba un sorbo a mi ron-cola.
Llevaba 15 días en aquel espectacular complejo hotelero y, lo que iban a ser unas vacaciones increíbles, se estaban convirtiendo en un infierno por culpa de mi novio. Se pasaba el día bebiendo, ignorándome e intentando ligarse a cualquiera que se le pusiera a tiro. Si no me había marchado antes era porque aquello me había costado un pastizal y por lo menos desconectaba del mundo oficina.
- A cada globo se le ata un sobrecito con un deseo dentro. Cuentan que si el globo no se explota o no cae, el deseo se cumple.
Llegó la noche y allí estaba yo. Rodeada de gente sonriente con sus globos en la mano. De fondo se escuchaba "Viva la vida" de Coldplay. Cogí un globo verde esperanza, le até el sobrecito, miré al cielo y lo solté. Lo seguí con la mirada hasta que se me perdió de vista. Mi novio estaba intentando ligar con una rubia que había conocido cerca de la piscina. Yo tomé un trago de champagne y me fui a la habitación a leer. No sé a qué hora debí dormirme. Unos golpes en la puerta me despertaron. Miré el reloj y eran las 5.38 A.M. Seguro que era el imbécil de mi novio que se había dejado la llave. Al abrir la puerta me sorprendió no ver al imbécil. El señor Fernández, director del hotel estaba frente a mi puerta.
- ¿Ocurre algo? Es muy temprano - dije aún medio dormida.

- Verá señorita García. Acabamos de encontrar al señor Martínez en la piscina. Al parecer bebió demasiado y se ha ahogado.

GREGUERIA



Los globos son las lágrimas de la tierra que van al cielo

lunes, 15 de junio de 2015

ESTRATEGIA



La noche es brumosa. Las figuras se muestran desenfocadas como a través de una niebla densa. El agua parece vibrar como si ocultase algo bajo su superficie. Y allí, en lo alto, la luna roja tiñe la playa con su resplandor siniestro…

—Mariano, deja de decir tonterías y devuélvele de una vez las gafas de sol al abuelo. Te puedes ir al chiringuito, venga.

jueves, 11 de junio de 2015

LUNA DE SANGRE



El ambiente era realmente bucólico, lleno de paz; a la luz de la luna, reflejada en las aguas, las parejas pasaban una feliz noche de verano, paseando al lado del lago, esperando el momento más indicado para navegar por sus tranquilas aguas.
Él les miró desde lo alto de la colina, y por un momento su mente se llenó de dudas; tal vez no fuera correcto interrumpir aquella pacífica velada... Pero la imagen de su padre le despejó las ideas; tenía que cumplir su voluntad, continuar su legado; la tradición familiar estaba por encima de todo. Y aquella era una de las noches idóneas para ello, como su padre le había enseñado; tal vez hoy, por fin, se sintiera orgulloso de él, allá donde estuviera.

Sonrió, y comenzó a bajar la colina; el peso en la mano le reconfortaba. El hacha de su padre iba a volver al trabajo, y cuando terminara la noche, estaría tan ensangrentada como la luna.

miércoles, 10 de junio de 2015

FINAL AZUL



Y en el momento preciso las nubes se apartaron para dejar espacio a la Luna. Aquella Luna Azul lo invadió todo. El mundo se volvió Azul. Los árboles se tornaron azules y el río se cristalizó, volviéndose Azul.
En el puente se agolpaban, con sus móviles, todos los habitantes de la ciudad. Inmortalizaban la escena insólita. Subían las fotos a las redes sociales, sin darse cuenta de que en todo el mundo ocurría lo mismo. Cada ser se creía único, cada personaje pensaba que su foto era única.
La red se bloqueó y las líneas telefónicas murieron. Allá en el espacio, muy cerca de la Tierra, los satélites que daban vida a la humana tierra, perdieron el norte y volaron en dirección al vacío oscuro de la nada, convertidos en chatarra Azul.
Mientras, en el puente, seguían apretados miles de seres inteligentes contemplando las aguas de su gran río. Ahora no eran turbias ni descendían apretadas, con fuerza. Su transparencia permitía contemplar a las rocas nítidas de su fondo, a los siluros que serpenteaban entre ellas buscando carroña acuática para sobrevivir. Descubrían sus ojos tortugas gigantes nadando entre sus limpias aguas; si, esas, que un día divirtieron como estúpidas mascotas a sus hijos y, que al hacerse grandes, fueron arrojadas al río, sin remordimientos.
El nítido color que pintaba la escena también coloreó los rostros de los seres humanos. En un segundo se volvieron azules, espectrales. En dos segundos se subieron todos a la baranda, como zombis guiados por una mano invisible. En tres segundos se arrojaron a las cristalinas aguas del río Ebro. Fueron arropados por ellas. Fueron engullidos por ellas. Fueron devorados por ellas. Los siluros sonrieron ante la presencia de tanta carne muerta. Un regalo de los dioses para ellos, caído del aire absurdo.

En el resto del planeta otro tanto ocurría. Hasta que las nubes regresaron de nuevo para ocultar a la Luna.
 La mañana amaneció radiante en la ciudad. Solo sonidos naturales. Solo el trino de los pájaros. Ningún sonido humano brotó a partir de entonces del Planeta Tierra.


lunes, 8 de junio de 2015

ESA BOCA



Le miraba la boca de forma obsesiva, la veía mover los labios articulando palabras, pero él solo escuchaba el bombeo de su sangre en la cabeza consecuencia de una respiración acelerada.  Esos labios carnosos, que formaban un pequeño corazón cuando sorbía despacio de la pajita del refresco.  Seguía hablando de algo que él no conseguía llegar a comprender.  Intentaba concentrar toda su atención en lo que ella decía pero su mirada volvía una y otra vez a los movimientos de sus labios.  Dios, ¿qué le estaba pasando?  La punta de su lengua asomó tímidamente para capturar delicadamente la pajita y seguir bebiendo.   Cerró los ojos porque no podía controlar ni su respiración ni las ganas de atraerla sobre sí y besarla, comer esa boca que lo tenía enloquecido desde que se habían sentado en ese banco del parque y habían comenzado a charlar de forma casual y distendida, con la confianza que solo se tienen dos desconocidos que no se van a volver a ver.
Él abrió los ojos sobresaltado al notar como ella, de forma ágil y rápida se había colocado sobre su regazo.  La bella desconocida notó como el cuerpo de su compañero reaccionó de forma tan violenta que tensionó los músculos cuando ella descargó su cuerpo sobre sus piernas y despacio, regalándose en el momento, vio como aquella boca que deseaba hasta el dolor, fue acercándose.  Ella, justo antes de rozar labio contra labio, solo le susurró un "lo siento" para luego sumergir sus labios en los de él.

El beso profundo y hambriento les colmó de placer, los roces sus alientos confundidos se respiraban el uno al otro como si no fuera a haber un mañana.  Y así era para uno de los dos. Ella con cada roce, con cada succión, con cada incursión de su lengua le absorbía la vida, porque ese era su alimento, vivía de aspirar la pasión de un hombre dándole la felicidad en un beso que le dejara sin respiración. Era el destino de una súcubo. El murió feliz, ella seguía hambrienta.

viernes, 5 de junio de 2015

PUESTA DE SOL




   Hoy es la noche perfecta. El escenario ideal. Los sentimientos a flor de piel. Hoy el corazón expulsará lo que por tanto tiempo ansió liberar y tú serás quien lo provoque.
   Todas las puestas de sol que hemos contemplado juntos no tienen igual con esta pues, a pesar de mis dudas al respecto, has acudido a mi encuentro.
   Observamos, como tantas otras veces, apagarse el sol en su lento descenso al horizonte y el reflejo del espectáculo en la calma del lago. Escuchamos el canto de las aves nocturnas y el silencio del  bosque. Sentimos nuestra respiración y dejamos que los pensamientos vuelen.
   Sentados en la ladera de la colina, con tu cabeza apoyada en mi hombro y mirando la inmensidad del momento, comprobamos que la magia del momento nos conquista.
   Beso tus manos y me dejas hacer. Las acaricio con delicadeza esperando el final de la exhibición. Eres preciosa y las estrellas, conocedoras de tu belleza, aparecen para hacerte la corte. La luna, envidiosa, tan solo se muestra a medias. Ya no contemplo la puesta de sol. Ya no.
   Ahora, después de innumerables veces sentados en esta ladera contemplando la más maravilla demostración de la naturaleza, lo hacemos de forma especial. Ahora, y después de entregarnos el uno al otro, lo hacemos como pareja.

   La manada aúlla, es hora de irnos.