miércoles, 25 de mayo de 2016

PUNCHOS



Al atardecer del último día los encontró. Brillaban en el ocaso de la tarde. Se acercó a uno de ellos y le susurró las palabras mágicas que había guardado en el interior de sus sueños.
Uno de ellos despertó.
-¿Qué buscas, humano?_dijo, con voz trémula. Sonó como un trueno en la tormenta.
_Puncho, os quiero vivos. Sois mi ejército. Avanzaremos y volveréis a reinar en este mundo como lo hicieron vuestros ancestros.
El Puncho Mayor sonrió y despertó a sus congéneres.
-Duerme, humano. Llega la noche y estás agotado. Yo te arroparé.
Sin darle tiempo al hombre a reaccionar, Puncho se replegó y abrazó al humano.
Un aullido se escuchó en la tundra y todos los punchos del planeta despertaron de su sueño de años.



domingo, 22 de mayo de 2016

¡VEN, VEN HACIA LA LUZ, KAROLINI!



¡Ven hacia la luz! ¡Ven hacia la luz! Me decían.
Y yo, inocente de mí, salí de entre las sombras cálidas, allí donde siempre me había sentido segura asustando a los niños que venían de vez en cuando a perturbar la paz de mi guarida.
La luz era blanca y me cegaba. Yo, guiada por la voz de una mujer morena, que gesticulaba airada, hablando con un hombre de mono azul y con las manos llenas de cables, me acerqué al foco y me quemé.
Un resplandor me abrasó la oscuridad de mi vestido y se abrió una puerta al fondo del pasillo.
¡Ven, ven, ven hacia la luz, Karolini!
Ahora me aburro. Alrededor mío vuelan velos blancos, con sonrisas blancas y ojos pálidos. Todo es paz y me han prohibido regresar por el hueco de la escalera a la casa que me acogió cuando estaba muerta.
Pero yo espero a que los velos blancos se cansen de bailar la conga a mi alrededor para regresar. Hay una niña pequeña que, en las noches, lee a oscuras, y susurra mi nombre para que yo vuelva.
¡Vuelve, vuelve de la luz, Karolini!

martes, 17 de mayo de 2016

REFORMAS


Marisa había entrado en un sueño profundo cuando los albañiles de corazones se pusieron en contacto con su cerebro.
    ¿Podría indicarnos qué debemos hacer? — le preguntaron.
Aquel día, la mujer había encontrado un extraño anuncio en la sección de clasificados del periódico local que rezaba: “Reformamos su corazón, lo dejamos como nuevo”. Y había llamado con curiosidad y reticente. Pero acabó hablando durante más de dos horas con ellos.
    Miren. Ésta es la habitación de su primer amor — dijo a los trabajadores —. ¿Lo ven ahí? Realmente no era así, ya que tenía una nariz a lo Rosy de Palma. Pero ella lo idealizó tanto que quedó todo un adonis. Me gustaría que la dejasen más pequeña.
El pasillo por el que  caminaron a continuación, se caía, literalmente, a pedazos.
    Sí — les dijo cuando se pararon a contemplar las grietas de las paredes y los cables que colgaban del techo —. Tienen mucho trabajo. Por favor, no se me duerman en los laureles.
Los albañiles siguieron al jefe del centro de mando.
    Estas dos habitaciones no las toquen, se lo ruego. Son las de sus hijas y me gustan tal y como están.
Dos dulces y educadas niñas se asomaron a las puertas.
    Van a arreglar el corazón de mamá — preguntó la mayor.
Ante la afirmación de los trabajadores, la pequeña aplaudió y les lanzó besos a los dos.
Más adelante llegaron a dos cuartos oscuros muy estropeados. Incluso más que el pasillo. Y allí se paró el jefe.
    Aquí está el gran trabajo. Lo demás, si lo pueden hacer, se lo agradeceré mucho. Pero esto tiene que estar acabado antes de que ella despierte. Quiero que los ponga a estos dos, de patitas en la calle. Voy a guardar varias cosas que merecen la pena — dijo recogiendo una caja ya embalada y colocándola en el pasillo —. Aunque estoy tentado de tirar todo a la basura. Pero algo tengo que dejar en honor a cada una de las maravillosas niñas que le dejaron de regalo.
Los albañiles trabajaron duro durante toda la noche. Servían tanto para un roto como para un descosido. De esta forma taparon agujeros, pintaron, remendaron cortinas y cojines, limpiaron el polvo y, todo, en una sola noche de trabajo tal y como les habían pedido. Las dejaron listas para ser ocupadas por nuevos inquilinos para que — o al menos así lo esperaba el jefe — se quedasen.
Marisa, cuando se despertó, se sentó delante del espejo y se contempló radiante.

— Me vino muy bien hablar con el psicólogo por teléfono. Parece como si hubiese podido cerrar esos dos capítulos de mi vida —. Y sonrió feliz por primera vez en mucho tiempo.

OBSESIÓN


—Bien, cuéntemelo todo desde el principio.
—De acuerdo, doctor; todo comenzó hará cosa de un par de meses, cuando de repente oí en casa un ruido extraño, una especie de "Riiic Raaac". En ese momento no le di importancia, pero el ruido comenzó a repetirse, cada vez con más intensidad y con más frecuencia. Lo oía a todas horas y en todas las habitaciones de mi casa, sin importar que fuera de día o de noche; me perforaba los tímpanos hasta lo más profundo de mi cabeza, no me dejaba dormir, no podía descansar... Decidí eliminarlo de raíz, y comencé a buscar lo que lo producía; vacié armarios y cajones, retiré los muebles, busqué en todos los rincones, sin conseguirlo. Vacié mi casa, busqué huecos en las paredes, tiré abajo falsos techos, y el ruido continuaba... Ya no aguanto más, no lo soporto... Necesito descansar, o me volveré loco. Si es que no lo estoy ya...
—No se preocupe, aquí nos ocuparemos de usted.—Apretó un botón, y una enfermera entró en la consulta—. Acompañe al caballero a una habitación libre, y procure que nadie le moleste.
—Un caso claro de paranoia —comentó consigo mismo el psiquiatra, cuando hubieron salido—, pero tiene cura. De hecho, apostaría a que el ruido ni siquiera existía, es lo habitual en estos casos...
—Riiic Raaac.

¿Eh?

TODA UNA ARTISTA

Trataba de avanzar frente al teclado, solucionado el problema del pasillo, al parecer. Tenía un atasco monumental en su novela, una especie de cortocircuito en la inspiración. Justo en ese instante escuchó que su amiga la llamaba a voz en grito.
—¡Ya está, Ana!¡Ven a elegir el color en la paleta que te he preparado!
Se levantó, pensando que fue buena idea que su amiga pintora le ayudara con la obra del pasillo cuando se lo comentó; que no andaba muy sobrada que digamos.
Quedó petrificada cuando llegó a su extremo, cubierto el suelo con periódicos viejos.
—Mira,no dirás que es un pasillo aburrido. He pensado que si pintamos de rojo vivo esa esquina...
—Pero...esos cables por fuera, y la lámpara así...
No podía creer lo que veían sus ojos.
—Sabía que lo notarías enseguida. Los cables son las venas del edificio; si unas llevan sangre, éstas electricidad. El alma del edificio. Sabía que lo apreciarías.
—¡Las venas van por dentro, y aquí están al aire!¡Y una casa no es un cuerpo!
No sabía qué hacer: si saltar a la garganta directamente, empezar a gritar y no parar...y mientras se debatía mentalmente, su cuerpo fue más sabio y se desmayó.
Mientras llegaba al suelo, aún pudo escuchar:

Será único, soy toda una artista.

OBRAS EN CASA


—Hola, cariño. ¿Ya ha venido el escayolista? ¿Le has advertido que, o lo deja en condiciones de una vez, o tomaremos medidas?
—Sí, ya está. Voy a recoger los restos que ha dejado.
—Vale, nos vemos.

Ana colgó el teléfono y recogió la bolsa de basura del suelo. Tenía que recoger los restos del escayolista: aquí un pie, allá una mano…

domingo, 8 de mayo de 2016

LA EJECUTORA


No parecían diferentes, cuando nos paramos a un par de metros de las niñas. Hablé moviendo apenas mis labios agrietados.
—Así que, estas son las niñas de las estrellas...
—Sí.
Odiaba el laconismo de mi guía. Nunca me daban datos completos o información que pudiera orientarme en mi tarea. Pero se le escapó algo, dos cosas llamaron mi atención. Una, la menor, había reído en cuanto salió al exterior y dio sus primeras bocanadas de aire. La otra, a las pocas horas empezó a hablar, antes aún de controlar sus labios para succionar. Dejó a Malaquías y a Nostredamus por los suelos, en su primera parrafada...
Decidí indagar para satisfacer mi curiosidad.
—¿De qué han sido capaces, siendo tan pequeñas, para que me llamárais?
Con cara de fastidio, advertido de no contrariarme, soltó todo de golpe.
—Faltan cien almas, puede que más.
El alto funcionario del templo se estremeció visiblemente justo en ese momento. Aún con una casi sobredosis de NoAl-3, empezaba a ser influenciado ante ellas.
La ejecutora no lo necesitaba. La cercanía era casi insoportable, sí; aunque observó que a otros mamíferos parecía no afectarles. Un gato encaramado cerca parecía tranquilo y los pájaros no mostraban alarma alguna, con sus trinos dedicados al cortejo.
—¿Tenéis la seguridad de hacer lo correcto? Acabo de pensar en varias alternativas posibles.
—¡No debes cuestionar a los superiores! Hazlo ya.
Volvió sus ojos llameantes a las dos niñas, muy despacio, y le contestó con un susurro casi inaudible:
—Yo voy por libre, imbécil.
En ese momento la mayor acercó una ramita florida a su rostro, inspirando el aroma y mostrando una maravillosa sonrisa en su cara. Algo se revolvió en su ser interno y dudó.
Eso fue un error inmenso por su parte.
Las dos niñas levantaron la vista y la miraron, a la vez. Se sintió desdoblada, la sensación de tener un pie posado en magma y el otro sumergido en hielo... todos los opuestos se reafirmaban sin fundirse, en un instante de caída sin aire ni sustancia amiga. Por un instante, se bloqueó ante el recuerdo abrumador de otra caída, tan antigua...Con un esfuerzo supremo, encontró un vértice reconocible para regresar a ese tiempo, a su cuerpo de alas arrancadas.
—Casi, casi, peques...
En un parpadeo asomaron dos cuchillos de sus mangas. Refulgieron en sus manos las armas más arcaicas que encontró en su cubil, porque —también— todo artefacto se descomponía ante ellas. Hizo una reverencia burlesca y luego el acero bailó.

—... pero el cielo se lava las manos.

LA CURIOSIDAD



(TEXTO ENCONTRADO EN LA CUEVA DEL ERMITAÑO)

....La ciénaga se internaba en el umbrío bosque. Aquellos ignorantes hombres desconocían hacia dónde se dirigían. Solo iluminados por un candil, la mortecina luz de una luna llena los guiaba, impidiendo que su barca chocara con los árboles muertos. Su curiosidad y ansia de conocimiento de lo desconocido los adentraba en zonas peligrosas, nunca imaginadas por ellos ni en las peores pesadillas de niños.
La luna salía y se escondía, jugueteando entre las nubes. Observaba como los inseguros humanos continuaban navegando hacia una muerte segura.
Y las nubes sonrieron cuando, al final del trayecto, la barca quedó atascada entre los grumos de un barro podrido, frenando en seco su cansino avance.
Uno de ellos cayó a las aguas muertas. Ni un gemido surgió de su boca. El hombre quedó muerto en el acto, derretido por un barro que se alimentó de sus sabrosas vísceras.
Los demás, mudos de espanto, quisieron regresar pero la barca se hundía lentamente sin dejarles escapatoria alguna.
Solo un joven pudo salir con vida de aquella atroz aventura. Se encaramó en las ramas de un árbol muerto y, como si de un mono se tratara, escapó del bosque saltando de rama en rama....

AVISO A QUIEN LEA ESTE PERGAMINO
No vayan al pantano de las moscas rojas. Nunca se adentren en la ciénaga del bosque. Allí viven los que ya no existen. Se alimentan de nuestras sombras.


 Zaragoza. 5-05-2016

"Hoy el Ebro baja tranquilo. Hemos preparado la balsa como lo hicieran nuestros antiguos. Unos troncos atados con gruesas cuerdas. Nos hemos vestido como ellos. Mis alpargatas blancas relucen a la luz de la luna. Las estreno esta noche.
Nos adentraremos en el meandro. Debemos llegar al pantano de las moscas rojas. Desde que encontramos al ermitaño seco en su cueva, no hemos dejado de soñar con árboles muertos.
Es hora de terminar con la leyenda y abrir el paraje al turismo"

Eric, el guía.

Zaragoza. 10-05-2016

BREVE NOTA DE PRENSA EN EL HERALDO

"Continúa la búsqueda de los desaparecidos en el descenso de navatas del Ebro. 6 hombres, incluido el guía de la excursión, se adentraron en el meandro. Se sabe que su rastro se perdió en Los Galachos. Los bomberos y la UME no cejarán en la búsqueda hasta encontrarlos"




En lo alto de una roca, lejos del ruido de la gran ciudad, un ermitaño muy anciano contempla la zodiac que se interna entre la maleza. Varios bomberos voluntarios reman. Uno porta una linterna de led.

"Y allá que van", piensa, "Estos curiosos humanos, ¿cuántos muertos necesitan para dejar de curiosear en lo desconocido de la Tierra?"


miércoles, 4 de mayo de 2016

UN HÉROE INESPERADO



A pesar de estar bajo las aguas y en medio de la oscuridad reinante, la gema brillaba tanto como a plena luz, tratando de atraer a los incautos viajeros que atravesaban las marismas; sentía cómo se aproximaban lentamente a su posición. Seguramente os preguntaréis cómo un objeto inanimado podía "sentir" algo, pero hay que tener en cuenta que la gema no era un simple objeto inanimado, en ella latía toda la maldad del consejo de arquemagos, un grupo de poderosos magos antisociales que soñaba con destruir el mundo; pero a largo plazo, por si acaso.
Todo seguiría como ellos habían planeado; uno de los incautos de la barca vería el resplandor, y rescataría la gema, el resto desearía poseerla, y se enfrentarían a muerte. Y así, poco a poco, iría pasando de manos ensangrentadas a otras manos ensangrentadas, absorbiendo la malicia de la gente, hasta que estuviera lo suficientemente cargada como para poder acabar con todo.
Pero de pronto, algo chocó con la gema; desequilibrada, se hundió por su propio peso, apagada bajo las negras aguas, hasta que llegó al fondo, sepultada en el barrizal por el paso de indiferentes animales abisales. Y allí permanecería olvidada incluso por sus propios creadores, perdiendo la magia imbuida en ella, y reducida al fin a una simple gema.

Y todo por un pececillo despistado que pasaba por allí; no todos los héroes tienen nombre...