domingo, 22 de noviembre de 2015

LA PROFECÍA



-Ha sido hallado. El manuscrito secreto donde yacen las fórmulas que abrirán las puertas de los Cielos a los que creyeron y a los que no.

-A nadie le interesa ese manuscrito, idiota. Todos quieren que creamos en algo. ¿Cómo vamos a anunciar que ya no importa si eres cristiano, o musulmán o darwinista? Todos vamos a ir al mismo paraíso, al mismo lugar del que vinimos para poblar el planeta.

-Es lo más maravilloso que se haya podido encontrar. Todos somos iguales. Toma, lee: "Y caímos del cielo. Y poblamos la Tierra, vacía desde el tiempo del dinosaurio, que también cayó del cielo. Y un día, un ser humano encontrará la llave y abrirá el libro. Y la profecía volverá a cumplirse. Regresaremos a nuestro lugar de origen, volveremos a ser luces en el infinito universo, flotaremos anestesiados por el silencio del espacio, y olvidaremos donde estuvimos hasta que hallenmos otro planeta que repoblar"

sábado, 21 de noviembre de 2015

POR SI ACASO



—Una, dos, una, dos, una dos...
—¿Qué haces? ¿Llevar el paso?       
—No, cuento las sombras, que no me fío... Una, dos... Y más siendo una biblioteca... Una, dos...
—Serás friki.

—Una, dos, lo que tú digas, pero si digo tres, sal corriendo... Una, dos...

miércoles, 18 de noviembre de 2015

INDIGNO



—Lo siento, pero sigo sin creer que sea mío.
—Me estás insultando con tus dudas ¿me oyes, bien? ¿Acaso dudas de mi fidelidad?
—No, claro, pero mírale; tan simpático, con esos grandes ojillos, de piel clara... No, no puede ser un hijo de la oscuridad.
—Dos cosas: una, si es tan mono, es culpa tuya, por emborracharte y engendrarlo en Navidad...
—Ehm, sí, no debí beber la sangre de aquel borracho...
—Y dos, al menos es vampiro; podría haber sido peor. Mira a Drácula, que adopta a una niña*, y se le va con el primer dragón que pasa.


* Ver Dracurella, de Julio Ribera.

HACER HISTORIA

—Señor, no quiero contradeciros, pero...
—He dado orden de que no se le moleste, y no debe molestársele.
—Disculpadme, pero me parece impropio de vuestra majestad...
—Escuchadme bien, está bajo mi protección. Dad orden de que no sea asustado, por el contrario, alimentadlo y complacedlo para que esté a gusto.
—Pero, señor si es solo un murciélago.
—¿Solo un murciélago? No, amigo Blasco, es más que eso; que un murciélago anide en mi tienda es una señal del cielo. Sé con certeza que muy pronto, en cuestión de semanas, la ciudad se rendirá, y seré por fin coronado Rey de Valencia. Ahora id, y haced como os he pedido.

En seguida, Don Jaime.


HIP


Todo empezó de pequeño, en una visita familiar. Me aburría...
—Abuela ¿tienes algo para leer?
—Vamos a ver...
Y me prestó uno de los libros que tenía en aquel trastero, intrigante y pacífico, junto a la entrada. Un vampirillo colgado me miraba con unos ojos redondos y asombrados desde la portada. Debió de ser un mensaje premonitorio, ya que un escalofrío recorrió mi espalda al sujetarlo entre mis manos...aunque no recuerdo ya de qué iba el cuento.
Lo que sí recuerdo es el mordisco que lo cambió todo, años más tarde. Cuando desperté, solo tenía presente una frase en mi mente, acerca de alimentarme bebiendo lo rojo, el sustento rojo y aromático. Nada más. Nadie más.
Tuvo la suerte ganas de llevarme en mis nuevas alas a una bodega, donde encontré unas grandes cubas, rebosantes de "eso" rojo, y ahí vivo desde entonces. O no vivo, según se mire.
¡Ahora yo también cuelgo cabeza abajo! aunque es muy difícil, a veces, sujetarse bien...son los efectos secundarios, supongo, junto con el hipo, y el radar se me estropea cosa mala. Por lo demás, bien, aunque los otros dicen que no he entendido lo del sustento rojo...

Que sabrán ellos...¡Hip!

domingo, 15 de noviembre de 2015

ALBERTO



- Mamá mírame, ¡soy un murciélago!
- Alberto, bájate de ahí que te vas a caer.
- Pero mamá no me puedo caer porque soy un murciélago.
- Alberto no eres un murciélago, así que baja o tendré que ir a bajarte yo.
- Jope mamá
 No te lo voy a repetir. Venga que te preparo la merienda. - dijo Juana mientras cerraba la ventana.


2 años después nada se sabe de Alberto...

UN BUEN PADRE



- Sí, cariño - dijo el hombre por teléfono mientras miraba con ternura a la niña que dormía tranquila en la cuna.
Le retiró con ternura el bucle que le caía por la mejilla mientras seguía hablando con su mujer.
- Sí, cariño. Ha comido estupendamente - añadió.
- Sí, cielo. He jugado con ella. ¿Ves? Y tú que decías que no sería un buen padre - la recriminó.
- Sí, cariño. Ahora duerme - comenzó de nuevo. - Le costaba dormirse, así que le puse una almohada encima para que la luz no la molestase. Ha protestado un poco al principio pero luego se ha calmado y ya no ha dicho nada.
Un estruendo, seguido de un profundo silencio se escuchó al otro lado de la línea.
 - Cariño, cariño, ¿te ocurre algo? - dijo casi chillando. La niña, asustada ante los gritos de su padre, despertó llorando.

- Si es que... - empezó a decir el hombre apagando el teléfono y dejándolo encima de la cuna mientras la cogía en brazos. - ¡Ni que pensase que te había asfixiado!

domingo, 8 de noviembre de 2015

MURCIÉLAGO


Ver las cosas del revés, de vez en cuando, resulta interesante.
He decidido vivir como un murciélago. Duermo de día y vivo de noche. Abro los ojos cuando la luz se apaga y los cierro cuando la luna se esconde.
¿Qué veo entonces?
Descubro sombras que rodean las casas silenciosas. Ando por las calles junto a las almas de los muertos que caminan por las aceras en busca de vidas perdidas.
Hoy me he colgado de una rama en un árbol del parque. He visto deambular a varias sombras por entre los bancos, cerca de la biblioteca.
Hoy me han visto y se han acercado a verme. Les ruego que me dejen vivir pero no me dejan. Ruego por mi alma y solo me dicen entre susurros una cosa:

"O alma errante o murciélago"

Y elijo...

viernes, 6 de noviembre de 2015

PROBLEMAS



—Odio la gravedad —dijo Murcielaguito mientras hacía caca.

I'M ONLY SLEEPING


—Hay que ver qué mono está, así dormidito.
—Sí, y lo a gusto que parece
—Míralo, cómo sonríe.
—Cualquiera diría que es quien es, y el poder que reside en su interior...
—Mmm, ahora que lo dices, ¿por qué no le despiertan? Puede que fuera capaz de ayudarnos a resolver los problemas del mundo...
—Puede, pero si no hubiera problemas, entonces ¿qué pintaríamos nosotros aquí?
—Es cierto, pero...
—Mira lo que pasó la última vez que despertó, como le trataron ahí abajo.
—Aún así, no logro comprender...

—No trates de entenderlo, solo eres un ángel de bajo rango, encargado de velar el sueño eterno de Dios.

GUARDIÁN DE SUS SUEÑOS


Sostengo a la pequeña entre mis brazos, con delicadeza. Aquí, en la umbra de los sueños, me pregunto qué vínculo me une a ella. Está oscuro alrededor y ambos somos un pequeño faro dorado, emitiendo una tenue luz que me permite observar sus rasgos infantiles. Me entretengo con esa idea, esa vinculación, cuando una mano con unas garras imposibles desciende sobre la niña, asiéndola.
Noto que el cuerpecito que abrazo me es poco a poco arrebatado, empieza a deslizarse hacia arriba. El miedo me atenaza; si aprieto para sujetarla temo dañarla, mas no me queda otra opción. Empiezo a ejercer presión, intentando fundirla conmigo, pero otra sorpresa me aguarda. Quien esté detrás de esa monstruosidad oscura con dedos bestiales ha regurgitado una sustancia viscosa y rosada, y la vuelve casi tan resbaladiza como un pez...
Salgo de la umbra sólo con la mitad de mi ser, y veo que la niña abraza una figura mientras duerme en su cama. Parece algo tan inofensivo, todos los niños lo hacen. Si sus progenitores supieran...

Actuar fuera de la umbra de los sueños era difícil y peligroso, corría el riesgo de no poder regresar, pero ¡es que estaba perdiendo a la pequeña en su propio territorio!
Concentró todo su poder y acometió un pequeño pellizco a la realidad para que el brazo infantil se moviera y dejara caer al suelo el muñeco. Tal vez con eso fuera suficiente.
Unificó de nuevo su visión al regresar, notando al pequeño ser que aferraba y protegía, dándole imágenes de la pradera de sus propios sueños.

¿Yo también fui una niña? me pregunto sin voz. Llamo a Tánatos, aunque no es un familiar, y me responde su risa. No me ayudará, aunque me ofrece su casa como refugio. Tramposo... aunque empiezo a considerar la idea. Como guardián de los sueños en la umbra tengo algunos trucos que para Tánatos serían toda una novedad. Es lo que tiene el poder de los nombres pequeños, pasan desapercibidos.
Aún está ahí, esa negrura con filamentos intentando parecer una mano en la umbra, insaciable, mas la determinación me inunda.
No la soltaré.

¿Y si ella... soy yo?

lunes, 2 de noviembre de 2015

LA BEBÉ

No quiso verla,  ni sentirla.  La comadrona insistió, pero ella perseveró en no querer contemplar  a su bebita.  En el silencio de la noche el llanto la llamaba.  Como una sonámbula la  observaba a través de la cristalera de neonatología.  Mirarla la llenaba de ternura.  Sabía que tenía que alimentarla y lo que ello implicaba. Sentada en el sillón hospitalario se la acercó al pecho y comenzó a amamantarla.  Un grito desgarrador atravesó el silencio. La enfermera  contempló como la madre muerta mantenía entre sus brazos a su pequeña, que succionaba, engullía satisfecha los pechos descarnados de su  madre. 

BUENAS NOCHES


Duerme, mi niño, y sueña con mundos en los que no te teman los humanos como el que estrujas junto a tu pecho.

LUCÍA



- Venga Lucia, es hora de dormir.
- Si mamá, pero ¿puedo llevarme a Roberto?
- Si claro, mi niña.
Julia le dio un beso de buenas noches a su hija y apagó la luz.
Lucia le dijo: - ¡Mamá!
- Dime mi niña
- ¿Mañana me podrías traer una muñeca rubia?
- ¿Rubia?
- Sí, quiero que sea novia de Lucas
- Está bien. Y ahora a dormir.
- Buenas noches mamá.

De fondo en la televisión se oían las noticias. La presentadora muy seria decía: "La policía informa que ha habido otra desaparición. Esta vez se trata de Roberto L. F. de 32 años. Era repartidor y se la última vez que se le vio fue en Zaragoza.