domingo, 8 de febrero de 2015

FELIZ SILENCIO



Una,dos ,tres...miraba embelesada cómo él iba introduciendo los frutos rojos en su boca, mientras hablaba y masticaba a la vez. Decía, o mascullaba, que la cena había sido excelente.
Tú sigue, le animó por dentro. En la cocina tenía guardada la jeringa con la que había inyectado (sólo una gota) en cada una de las pequeñas bayas el contenido del frasquito negro. Por eso no había abierto la botella de vino, era mejor no mezclar. Se felicitó a sí misma; no sospechaba nada, ningún sabor extraño. Eso sí, cuando empezara a bostezar tendrían que ir a sentarse en el sofá, no fuera que al hacer efecto se cayera en el comedor, que pesaba lo suyo él.
Diez,once, doce...no podía apartar la vista de esa boca con un hilillo de jugo carmesí escapando de sus labios. Claro, si comía mientras hablaba a la vez, normal que sucediera eso. Asintió a un ruido gutural enfrente suyo, aunque en esta ocasión ni le entendió.
Sólo sabía una cosa. Él, dormiría toda la noche en el sillón, y ella gozaría de una noche maravillosa sin la verborrea de su voz.
Feliz y silencioso aniversario, pensó.