miércoles, 4 de febrero de 2015

DELICIAS DE AMOR




   Cuando entró en la cocina y vio el cuenco lleno de frutos rojos, se le escapó una tonta sonrisa. La punta de la lengua jugó con los labios en una clara expresión de morbosidad. Sus manos libraron a sus pies de los zapatos de tacón alto, mientras dejaba vagar su mente por la dulce sorpresa recibida. Ella sabía de sobra que aquellos frutos no eran afrodisíacos, pero la simple intención había provocado el despertar de sus fantasías más locas.
   Salió de la estancia y subió las escaleras despacio, desnudándose de manera coqueta a la vez que en su imaginación las imágenes se sucedían lujuriosas una detrás de otra. Cada beso, cada caricia y cada muestra de erótica perversión, iban calentando y mojando su cuerpo. Su precioso y voluptuoso cuerpo.

   Empujó la puerta del dormitorio y escuchó el agua correr en el baño. Con el simple roce de su dedo la entrada se abrió hacia dentro, mostrando la espuma licuada que cubría el cuerpo desnudo y sonriente de su chica.