sábado, 7 de febrero de 2015

EL ÚLTIMO BESO



_Hola _, dijo la pequeña mora que estaba situada en lo más alto del plato.
_Hola_, contestó la frambuesa que se hallaba justamente a su lado, apoyada entre otras moras y frambuesas.
_¡Qué suerte hemos tenido! ¡Estamos en lo más alto! Y por lo que observo, en una mesa. ¡Somos un adorno!
_Si_, contestó la frambuesa en tono triste y melancólico_. Somos un adorno hasta que nos pudramos. Si no nos arrojan antes a la caja de desperdicios. Dudo si nuestras compañeras de abajo viven todavía. No escucho sus voces.
_No digas eso_, la mora entristeció rápidamente, y sus pequeñas semillas negras se arrugaron hasta casi desaparecer, convirtiéndola en una mora lisa.
_Es lo que hay. Hemos tenido mucha suerte. Desde el campo hasta la tienda, nada ni nadie nos aplastó ni nos engulló. En la tienda caímos en lo más alto de la bolsa y no fuimos aplastadas por nuestras compañeras  que terminaron convertidas en zumo. Y ahora somos un plato decorativo. Sí, hemos tenido suerte.Pero nuestros días están contados. Arrancadas de nuestras plantas, nos secaremos y acabaremos muertas, como nuestras hermanas.
La mora se acercó a la frambuesa.
_Bueno, podríamos aprovechar entonces. Hueles bien. Aún estás fresca. Yo me llamo Mori, ¿y tú?
La frambuesa se acercó a la mora y la olió también.
_A mí me llaman Frambu y tú también hueles aún a fresca mora del monte. ¿Quieres besarme?
_Sí.
Y Mori se unió en un cálido y frutal beso de amor con Frambu.



La puerta de la calle se oyó a lo lejos.
_Hola, cariño. Ya he vuelto.
_Hola_, contestó una voz femenina, recién salida de un sueño_. La comida está lista en la cocina.
La pareja de enamorados se sentó a la mesa, con el plato de frutas exóticas entre ellos.
_Cariño, ese plato es muy apetecible pero ya no lo recuerdas, ¿verdad?
_Oh, es cierto, amor. Tienes alergia a las moras. ¡En qué estaría yo pensando!
La mujer acercó su mano al plato decorativo y cogió la primera frambuesa de la pila.
_¡Qué extraño!Esta frambuesa tiene una mora pegada a ella. Voy a quitártela, cariño. No vayas a hincharte y, en lugar de celebrar nuestro aniversario, terminemos en urgencias.
Arrancó la mora de la frambuesa, y la arrojó al cubo de la basura, y  acercó a los labios la frambuesa con delicadeza a su pareja.
-Ummm, gracias. Está fresca y sabrosa.

Frambu sintió el dolor al ser arrancada de su beso de amor con Mori. Y, sin tiempo a reaccionar, se vio envuelta en una oscuridad absoluta. Solo pudo pensar: ¡Moriiiiiiiiiiiiii!, antes de ser triturada por los dientes del humano que la comía con pasión.

Morí cayó desde una altura de 497 pisos, si la comparamos con la caída de un humano, hasta el cubo de los desperdicios. Solo pudo pensar: ¡Frambuuuuuuuuuuuuu!, antes de quedar incrustada entre los pinchos de una lata vacía de atún, mal cerrada.