Ya empezamos con la nueva, ya ha vuelto a dejar la faena para irse a echar un cigarrito. Y aquí estamos, en cuadro sin ella. Pues hoy el capataz me va a oír. Yo también quiero descansar un rato que llevo la espalda molida, pero no, claro, aquí nos deslomamos las de siempre. Y luego que la cosecha está parada. Pues voy a hablar con el representante sindical que sólo se acuerda cuando las elecciones. Claro, como él está liberado, pero aquí estamos las pobres proletarias de sol a sol y yo con este dolor de espalda. Anda, mira, un napoleón de oro.
