martes, 25 de marzo de 2014

EL AMO DEL TIEMPO

Andrés paró frente el paso de peatones tirando de la mano de su padre. El hombre intentó avanzar mientras hablaba por teléfono sin atender a la petición de su hijo. El pequeño insistió en no cruzar la calle zarandeando su brazo hacía el lado contrario. Andrés no podía articular palabra alguna, era mudo y lo peor es que su padre no advertía lo que quería comunicarle. Un camión cruzó la calle arrastrando a su paso a todos los peatones, salvo a Andrés y a su padre que se encontraba en estado de shock. El niño resopló y luego sonrió aliviado como si se quitara mucho peso de encima. Tiró de la mano de su padre mientras esquivaban un charco de sangre, un brazo y luego un cuerpo destrozado que aún convulsionaba. Sólo necesitaba unos segundos, minutos... era el amo del tiempo.