miércoles, 18 de marzo de 2015

VACACIONES

El olor que salía por la puerta abierta del bar la embriagó. La dama de negro no pudo evitarlo y entró.
Una mesa en un rincón oscuro permanecía vacía pese a lo lleno que se encontraba el establecimiento. No pudo evitarlo y se sentó.
Un camarero vino al poco tiempo a recomendarle chocolate con churros, recién hechos. No puedo evitarlo y los pidió.
Cinco minutos más tarde tenía ante ella la taza y el plato. Paseó el dedo sobre el azúcar. No pudo evitarlo y se lo lamió.
Un niño que corría entre las mesas tropezó con la suya. No pudo evitarlo y la derribó.
La dama de negro miró con lástima el chocolate derramado y los churros desperdigados por el suelo. No pudo evitarlo y lo mató.

Lentamente se levantó, se dirigió a la barra, pagó la cuenta y salió de nuevo al exterior. Cinco mil años de espera para poder tener 30 minutos solo para ella. Se colocó de nuevo la raída capucha mientras sacaba la guadaña. No pudo evitarlo y suspiró.