martes, 27 de enero de 2015

MESAS ABANDONADAS



Contemplo las mesas de madera húmedas bajo el cielo plomizo de un invierno frío y gris.  Mesas tristes abandonadas por familias que buscan la felicidad en paisajes  preparados como escenarios de un anuncio publicitario. Miro alrededor buscándolos y no los veo, giro sobre mis talones y giro sin verlos.  ¿Dónde está mi familia feliz? ¿Dónde mis dos pequeños? ¿Dónde aquel  que me amaba?  Perdí el mundo, la gente desapareció.  Mis ojos solo ven un lago plano e inmóvil y unas mesas vacías.  Volveré a casa.  Pero en la quietud del paisaje sigo inmóvil girando sobre mí  eje.

 Intento buscar en mi memoria la imagen del último recuerdo feliz y buscarlos allí.   Y La visualización fue dolorosa.  Vi a mis pequeños llorando. La mirada iracunda en un rostro desencajado del que creí que me amaba.  Note el suelo helado contra mi rostro como una lápida, mientras  la vida se escapaba de forma húmeda y caliente. Vi la ira en tus ojos y el cuchillo en tus manos teñidas en rojo.  Por fin recordé por qué os buscaría sin encontraros. Porque estaba muerta.