martes, 30 de diciembre de 2014

ORGULLO

Acabó de recorrer el mundo, todo lo que había creado. Suspiró de placer, satisfecho consigo mismo. Levantó su cara hacia el sol, notándolo, acogiéndolo.
Siguió caminando mientras acariciaba las plantas con las palmas de sus manos y poco a poco llegó hasta su domo de trabajo. Retiró esos pensamientos hacia el fondo de su mente y se dispuso a concluir su trabajo. Extrajo sendos tubos vítreos de sus compartimentos y colocó a los dos especímenes en los habitáculos de animación. Cuando el proceso hubo concluido los condujo al exterior y los miró, orgulloso.
Empezó a recogerlo todo, y mientras lo hacía, pensó en lo satisfecho que había quedado con su trabajo.
De pronto lo tuvo claro: decidió que este planeta no lo pondría en venta. Sería su edén particular.