domingo, 19 de julio de 2015

SUEÑAN LAS MÁQUINAS



Los pétalos mecánicos giraban y eso la hacía sonreír esperanzada. Sentía el viento de la tormenta con cada impulso. El juguetero observaba su creación expectante. Estaba seguro de que esta vez lo conseguiría, la muñeca lograría elevarse. Un nuevo impulso de sus piernecitas consiguió que los pétalos siguiesen girando y que sus pies flotasen en el aire. El hombre sonrió.

—Lo conseguí, hija mía —dijo triunfal—. Ahora podrás volar hasta el cielo.