lunes, 27 de octubre de 2014

REALISMO

"Las casas se derrumbaron, cayendo en escombros; miles de voces se quebraron en las gargantas de las víctimas; lo que había tardado siglos en construirse, quedó destruido en solo unos minutos..."
— ¡Bravo! —gritó emocionado el productor— ¡Un final espléndido! Y el terremoto ha quedado francamente bien, felicite a los de efectos especiales.
—Bueno, señor —respondió azorado su ayudante—, en esta ocasión el departamento de efectos especiales no ha tenido nada que ver.
—¿Cómo?
—Es cosa del director, ¿recuerda que le dio libertad de movimientos? Pues ha resultado ser un fanático del realismo...
—¿Quiere decir qué...?
—Efectivamente; se construyó el pueblo adrede, para la película, y fue destruido con ella ¡Ah! —sacó una hoja de su carpeta y se la dio a su jefe— Aquí tiene los costes totales de la secuencia.

Poco a poco los colores de la cara del productor fueron cambiando, hasta quedar tan blanco como el papel que sostenía en las manos y, antes de que su ayudante pudiera reaccionar, cayó redondo al suelo.
—Vaya —respondió su ayudante—, y eso que aún no ha visto lo que ha cobrado el laboratorio de ingeniería genética por crear al monstruo...