domingo, 19 de octubre de 2014

LA BRUMA




Cuando alcanzó la loma y miró por los binoculares ahogó una exclamación rabiosa. Todos estos meses sin ella habían sido una tortura, pero ahora tenía la certeza de encontrarla en aquella inmensa plantación. Pudo distinguir dos figuras inclinadas y a punto estuvo de disparar, dada su impaciencia.¡Meses, días de arrastrarse tras su débil rastro! 
Suspiró, despejándose. Aseguró sus pertrechos para que ningún sonido le delatase y empezó a bajar en su dirección, fundiéndose con el entorno. Ni siquiera se preguntó cómo iba a encontrarla, entre tantas otras, abducidas y secuestradas, todas en largas hileras, adormecidas en sus cápsulas mortales...

Ella brillaba como un fuego fatuo y misterioso, era lo más importante de su interior y un estremecimiento recorrió su espalda al notar su cercanía...
Encaminándose a una cápsula, sin dudarlo, quebró el cristal, dejando que la bruma que ascendía cubriera su figura y sonrió.

Había recuperado la imaginación. Estaba completa de nuevo.