viernes, 5 de junio de 2015

PUESTA DE SOL




   Hoy es la noche perfecta. El escenario ideal. Los sentimientos a flor de piel. Hoy el corazón expulsará lo que por tanto tiempo ansió liberar y tú serás quien lo provoque.
   Todas las puestas de sol que hemos contemplado juntos no tienen igual con esta pues, a pesar de mis dudas al respecto, has acudido a mi encuentro.
   Observamos, como tantas otras veces, apagarse el sol en su lento descenso al horizonte y el reflejo del espectáculo en la calma del lago. Escuchamos el canto de las aves nocturnas y el silencio del  bosque. Sentimos nuestra respiración y dejamos que los pensamientos vuelen.
   Sentados en la ladera de la colina, con tu cabeza apoyada en mi hombro y mirando la inmensidad del momento, comprobamos que la magia del momento nos conquista.
   Beso tus manos y me dejas hacer. Las acaricio con delicadeza esperando el final de la exhibición. Eres preciosa y las estrellas, conocedoras de tu belleza, aparecen para hacerte la corte. La luna, envidiosa, tan solo se muestra a medias. Ya no contemplo la puesta de sol. Ya no.
   Ahora, después de innumerables veces sentados en esta ladera contemplando la más maravilla demostración de la naturaleza, lo hacemos de forma especial. Ahora, y después de entregarnos el uno al otro, lo hacemos como pareja.

   La manada aúlla, es hora de irnos.