sábado, 20 de junio de 2015

DIMELO CON GLOBOS



Desde hace tiempo te escribo infinitas cartas de amor. Extensas y empalagosas palabras que no hacían más que ahondar en el dolor de mi alma, esas que se convierten en lágrimas nacidas del ayer para olvidar un mañana o sensaciones grabadas a fuego que jamás se marcharan. Son penas marcadas por la ausencia de tus besos. Son…no sé que son.
   Como una huida de almas hacia el cielo todas y cada una de mis oraciones cuelgan de un globo. Se elevan al infinito llevándose mi corazón, mi fuerza, mi ilusión. Cada una de esas misivas llevan un trozo de mí y un mundo de ti, recordando tus ojos, tu sonrisa y tu forma de reír. En ellas se aleja mi vida, pues en cada bola multicolor hay una dulce e irrepetible imagen de ti.
   No sé dónde estás, pues el día que te fuiste callaste tu destino en el eterno sueño, dejándome huérfano de futuro y vacío de amor.

   Te quiero y de los cientos de globos que pueblan el cielo, alguno llegará hasta tu corazón allá donde estés, y donde Él te esté cuidando, para que sepas que pronto estaré contigo.