miércoles, 17 de junio de 2015

DESEO CUMPLIDO

-Esta noche es la noche de los globos - dijo la camarera.
- ¿Globos? - pregunté.
- Si, cada 16 de septiembre, para terminar la temporada de verano, todos los clientes y empleados del hotel hacemos una suelta de globos.
- Parece divertido - dije bastante apática mientras daba un sorbo a mi ron-cola.
Llevaba 15 días en aquel espectacular complejo hotelero y, lo que iban a ser unas vacaciones increíbles, se estaban convirtiendo en un infierno por culpa de mi novio. Se pasaba el día bebiendo, ignorándome e intentando ligarse a cualquiera que se le pusiera a tiro. Si no me había marchado antes era porque aquello me había costado un pastizal y por lo menos desconectaba del mundo oficina.
- A cada globo se le ata un sobrecito con un deseo dentro. Cuentan que si el globo no se explota o no cae, el deseo se cumple.
Llegó la noche y allí estaba yo. Rodeada de gente sonriente con sus globos en la mano. De fondo se escuchaba "Viva la vida" de Coldplay. Cogí un globo verde esperanza, le até el sobrecito, miré al cielo y lo solté. Lo seguí con la mirada hasta que se me perdió de vista. Mi novio estaba intentando ligar con una rubia que había conocido cerca de la piscina. Yo tomé un trago de champagne y me fui a la habitación a leer. No sé a qué hora debí dormirme. Unos golpes en la puerta me despertaron. Miré el reloj y eran las 5.38 A.M. Seguro que era el imbécil de mi novio que se había dejado la llave. Al abrir la puerta me sorprendió no ver al imbécil. El señor Fernández, director del hotel estaba frente a mi puerta.
- ¿Ocurre algo? Es muy temprano - dije aún medio dormida.

- Verá señorita García. Acabamos de encontrar al señor Martínez en la piscina. Al parecer bebió demasiado y se ha ahogado.