jueves, 11 de junio de 2015

LUNA DE SANGRE



El ambiente era realmente bucólico, lleno de paz; a la luz de la luna, reflejada en las aguas, las parejas pasaban una feliz noche de verano, paseando al lado del lago, esperando el momento más indicado para navegar por sus tranquilas aguas.
Él les miró desde lo alto de la colina, y por un momento su mente se llenó de dudas; tal vez no fuera correcto interrumpir aquella pacífica velada... Pero la imagen de su padre le despejó las ideas; tenía que cumplir su voluntad, continuar su legado; la tradición familiar estaba por encima de todo. Y aquella era una de las noches idóneas para ello, como su padre le había enseñado; tal vez hoy, por fin, se sintiera orgulloso de él, allá donde estuviera.

Sonrió, y comenzó a bajar la colina; el peso en la mano le reconfortaba. El hacha de su padre iba a volver al trabajo, y cuando terminara la noche, estaría tan ensangrentada como la luna.