miércoles, 15 de abril de 2015

LAS ESTATUAS


- Cuenta la leyenda - decía un padre a su pequeño guiñándole un ojo y señalando las estatuas - que sólo revivirán cuando el hijo del diablo se apiade de ellas.
- Pobrecitas, ¿no? - contestó el niño.
Y mientras las figuras cobraban forma humana, añadió - ¿para qué darles esperanzas? Yo directamente las habría aniquilado - zanjó cerrando el puño. 
Los dos hombres explotaron en mil pedazos.
- ¡Ése es mi chico! - rió a carcajadas Lucifer mientras le revolvía el pelo a su retoño.