sábado, 4 de enero de 2014

LA PLACENTERA VIDA EN EL CAMPO

"_¿Tú qué crees que está haciendo? _ Ni idea_ y zumbó hasta posar sus patitas sobre el sombrero de la joven. Su compañero la siguió. Habían volado desde la colmena hasta el olivo milenario a libar. Estuvieron jugueteando entre sus hojas, riendo y olvidando que la Reina aguardaba el regreso rápido del zángano para comenzar su fecundación antes de que llegara el caluroso verano. _Me apetece picarle_dijo ella, con mirada malévola. _Hazlo, será divertido. Tirará su aparato extraño y saldrá corriendo, gritando y haciendo aspavientos con sus brazos. ¡Cómo todos los humanos!_y una risa zumbona surgió de las cavidades de su cuerpo. Ella se acercó sigilosa al cuello de la chica que chateaba, ignorante del peligro, hipnotizada por la pantalla de su ordenador portátil. _¡El mundo rural ya tiene acceso wifi, qué gozada!_ pensaba, mientras pulsaba las teclas con rapidez. Notó el dolor punzante del picotazo y dio un respingo. El ordenador cayó y se rompió contra los duros pedruscos del campo sin labrar. Salió corriendo dando alaridos y lanzando manotazos al aire en un intento de espantar al ser invisible que le había picado. El zángano reía convulso, revolcándose en una flor del olivo sin percatarse de que ella, tras introducir su aguijón en el cuello de la mujer, yacía inmóvil en el suelo."