jueves, 23 de enero de 2014

COMO BARCOS NAVEGANDO EN LA NIEBLA

Como barcos navegando en la niebla, sin brújula, ni estrellas que nos guíen, así viajábamos por el mundo. No hay horizonte hacia el cual navegar, o sol que ilumine un camino en el agua de mares primigenios. Solo esa niebla densa y pegajosa rodeándonos, nada de brisa, nada de calor, la nada. Y sin en cambio, sabía que estabas allí. Cerca, tú buscándome, yo buscándote. No había luz diurna, no había luz nocturna, ninguna diferencia entre el día y la noche, solo quietud y nada. Cuando conciliaba el sueño sobre la cubierta, oyendo crujir las cuadernas y el chapoteo del agua cortada por la quilla, en su avance suave y cadencioso, creía oírte llamarme en la lejanía, como en un ensueño irreal. Creía ver parpadear de lado a lado una luz lejana y escuchar tu suave llanto. Entonces me lanzaba sobre la borda y gritaba tu nombre, -¡Laura!-; -¡Laura!--. Rogándote que no te alejaras, que siguieras mi voz, que no me abandonaras. Forzaba mis ojos en la niebla intentando descubrir la silueta de tu navío, y no entendía porque el destino nos condenaba a navegar separados. Condenados a buscarnos como una maldición. Me esforzaba en entender que había ocurrido para que el destino nos separara. Todo estaba borroso en mi cabeza embotada por días de navegación. ¿Cómo estaría Laura? La notaba tan cercana y a la vez lejana. Mientras, Laura, lloraba con las manos en la cara, sollozaba agotada, toda la noche, todo el día. ¿O eran días? Había perdido la noción del tiempo llamándole, rogándole, que volviera con ella, gritando de dolor, con el cuerpo adherido de frio temiendo que él se alejara para siempre, perdido en la bruma del coma que lo tenía postrado, en la cama del hospital. ¿Por qué?, se preguntaba, ¿por qué? se empeñó aquella mañana en salir. Esa niebla no auguraba nada bueno. Un golpe de mar, un giro brusco, y la botavara se desplazó golpeándole la cabeza. De vez en cuando, un médico entraba, y comprobaba con una pequeña linterna si sus pupilas reaccionaban a la luz. Nada… solo había… Nada.