domingo, 15 de noviembre de 2015

UN BUEN PADRE



- Sí, cariño - dijo el hombre por teléfono mientras miraba con ternura a la niña que dormía tranquila en la cuna.
Le retiró con ternura el bucle que le caía por la mejilla mientras seguía hablando con su mujer.
- Sí, cariño. Ha comido estupendamente - añadió.
- Sí, cielo. He jugado con ella. ¿Ves? Y tú que decías que no sería un buen padre - la recriminó.
- Sí, cariño. Ahora duerme - comenzó de nuevo. - Le costaba dormirse, así que le puse una almohada encima para que la luz no la molestase. Ha protestado un poco al principio pero luego se ha calmado y ya no ha dicho nada.
Un estruendo, seguido de un profundo silencio se escuchó al otro lado de la línea.
 - Cariño, cariño, ¿te ocurre algo? - dijo casi chillando. La niña, asustada ante los gritos de su padre, despertó llorando.

- Si es que... - empezó a decir el hombre apagando el teléfono y dejándolo encima de la cuna mientras la cogía en brazos. - ¡Ni que pensase que te había asfixiado!