miércoles, 18 de noviembre de 2015

HIP


Todo empezó de pequeño, en una visita familiar. Me aburría...
—Abuela ¿tienes algo para leer?
—Vamos a ver...
Y me prestó uno de los libros que tenía en aquel trastero, intrigante y pacífico, junto a la entrada. Un vampirillo colgado me miraba con unos ojos redondos y asombrados desde la portada. Debió de ser un mensaje premonitorio, ya que un escalofrío recorrió mi espalda al sujetarlo entre mis manos...aunque no recuerdo ya de qué iba el cuento.
Lo que sí recuerdo es el mordisco que lo cambió todo, años más tarde. Cuando desperté, solo tenía presente una frase en mi mente, acerca de alimentarme bebiendo lo rojo, el sustento rojo y aromático. Nada más. Nadie más.
Tuvo la suerte ganas de llevarme en mis nuevas alas a una bodega, donde encontré unas grandes cubas, rebosantes de "eso" rojo, y ahí vivo desde entonces. O no vivo, según se mire.
¡Ahora yo también cuelgo cabeza abajo! aunque es muy difícil, a veces, sujetarse bien...son los efectos secundarios, supongo, junto con el hipo, y el radar se me estropea cosa mala. Por lo demás, bien, aunque los otros dicen que no he entendido lo del sustento rojo...

Que sabrán ellos...¡Hip!