miércoles, 5 de agosto de 2015

ANNA DEWITT 1943


Recogí mi sombrero y me puse en marcha. Iba lista para la ocasión. Había estado ensayando toda la noche en aquella burbuja. Lucía una chaqueta verde con ciertos toques de amarillo. Me había preparado mis guantes blancos también, dispuestos para el momento. Decidí soltarme el pelo para que se apreciase mi elegante cabello. Dispuesta para lo que en pocos momentos iba a presenciar, me dispuse a adentrarme en aquel melancólico lugar. Al entrar observé millones, de todos los lugares y de todas las especies. Sí, encontré millones de peces, de todos los tamaños y formas. No me imaginaba tanto público. Entusiasmada por la oportunidad que se me había brindado, empecé el show, pero antes me paré a recordar. Siempre empezaba los shows directamente, mas esta vez, este lugar, merecía ser recordado. Recordé todo lo vivido en este lugar, todo los momentos felices y tristes que había pasado aquí; sinceramente, se lo merecía. El show empezó. Comencé a enseñar los típicos trucos de mago; sacar peces de mi chistera, algunos trucos de cartas... vamos, lo normal. Aunque esta vez quería hacer algo especial, mi truco favorito, "la metamorfia". El truco en sí era bastante complicado de realizar, pero con mi experiencia fue pan comido. Invité a alguien del público a acercarse a mí, y me dispuse a realizarlo. Entre palabras mágicas y movimientos magistrales, el pequeño pez se convirtió en un gran y temido pez de las profundidades. Todo el mundo aplaudió, bueno lo intentaron, tampoco les puedes pedir más, al fin y al cabo siguen siendo peces. Al pasar dos minutos el gran pez se volvió a convertir en un pequeño atún. Obviamente, el efecto de "la metamorfia" no dura siempre, o quizás sí, quién sabe. Contenta por haber terminado el show, recogí mis cosas y me dirigí a mi burbuja. Me quité el sombrero, la chaqueta y hasta mis queridísimos guantes blancos y comencé a recordar. Aquel lugar donde había realizado aquel show, no era un lugar como otros. Era donde aprendí a realizar "la metamorfia" y eso, en cierto modo, era nostálgico. Hacía muchos años de aquello y ya casi que ni me acordaba, pero volver a observar aquel sitio, iluminó de nuevo mi interior. Cansada, decidí irme a dormir, mas no sin antes recordar una última cosa, la frase de mi maestro al enseñarme aquel maravilloso truco. "No lo uses sobre ti, ni sobre personas que lo conocen, ya que puede ser muy perjudicial y rara vez se vuelve al mismo estado de antes." ¿En que pensaba en aquel entonces cuando lo realicé por primera vez? Sinceramente no lo sé. No sabía qué hacía y por eso me convertí en esto. Por eso me convertí en sirena y ya no hay vuelta atrás, o puede que sí. Esa es mi única esperanza. Despertarme cada día y observar si por fin, me he transformado en lo que era antes. En un humana. Intenté hacer algo arriesgado antes de irme a dormir. Sinceramente, no podía aguantar mucho más así. Realicé "la metamorfia" sobre mí, como la primera vez. A la mañana siguiente desperté alegre, podría seguir realizando mis queridos shows, pero esta vez, con un público y una forma diferente. Volvería a ser Anna, la de verdad. - Anna Dewitt 1943.