jueves, 6 de agosto de 2015

CAVILACIONES ABISALES

¡Hale! Ya están todos otra vez aplaudiendo este dichoso show. Estoy hasta las branquias, todos los días repitiendo las mismas tonterías, para divertir a los mismos patanes submarinos. No sé cómo lo aguanto... Bueno, no, sí lo sé. Aguanto por ella, porque esta es la única manera de seguir junto a ella, de admirar su hermoso rostro, de aspirar el mismo agua que ella respira... Porque la amo desde el mismo instante en que la vi, durante unos pocos segundos, subida en aquellas rocas, a la orilla del mar. La amo tanto, que lo dejé todo por ella, e hice lo imposible para seguirla al fondo del mar...
¿Pero cómo iba yo a pensar que esa dichosa bruja me iba a convertir en esto? ¿Y cómo va a hablarle un pez abisal a una sirena de amor? ¡Lampreas! Maldito sea el día en que hablé con la puñetera bruja del mar... Pero esto no se va a quedar así, ¿eh?, juro por Neptuno que, o me arregla este desaguisado, o nos cenamos sus tentáculos a la plancha ¡Congrio ya!