martes, 21 de junio de 2016

EL SUEÑO DE UN ENCANTO



Ahora duermo, lo sé. No será para siempre, eso también lo sé. Es parte de mi condición, saber; y si es una maldición o es un reconocimiento de mi poder, ya no me importa, porque es.
Aquí vive el silencio, mi dueño. Aquí permanezco porque me atan cuando me nombran por mi nombre verdadero, ese que olvido al escucharlo, que me esclaviza sin remedio.
Me olvidaréis, me lo dicen estos huesos pequeños que ahora llevo, rodeados de ecos transparentes...y un gato, con el extremo de su cola llameante, que quiso jugar conmigo intentando atravesar el cristal.

Me ha prometido que cuando sueñe, seré libre.