La última imagen que captó la niña fue la de sus juguetes
mordiendo, golpeando y creando dolor a su madre.
Ahora
está en shock, bailando delante de sus
peluches que, manchados de color escarlata, se ríen admirando la fragilidad de
sus movimientos de ballet. Ella tiene la mirada perdida, tal vez su mente se ha
atascado en el último momento en que su madre le pedía ayuda. Se agota y los
que fueron cuerpos inertes se acercan a la pequeña.
La
última imagen que va ver es la de su sangre salpicando los juguetes. La
morderán, golpearán y le crearán el dolor.