Terminaba de leer el informe de ese joven teórico que lo
había abordado en la universidad. En la tranquilidad de su hogar, con la
carpeta en una mano y las gafas en la otra, miraba hacia la nada intentando
imaginar lo que había leído. ¿Sería posible?
El patio estaba inundado de risas y algarabía, las niñas
jugaban, se divertían como nunca aprovechando la brisa ideal para jugar con sus
cometas.
Las risas atrajeron su atención, contagiándose
inmediatamente del humor imperante en el patio, el cual disfrutaba observando
ahora atentamente a sus hijas mientras estaba apoyado en la ventana. En ese
momento, mientras miraba todo el panorama completo, a sus
hijas, las cometas, el cielo, las nubes, y pensaba en las teorías que acababa
de leer, sonrió y pensó: "¿Un mundo paralelo de tres dimensiones? ¡Que
locura!"