Como en un sueño huyo a
esa realidad de colores verdes intensos dónde la polución y el ruido no me
persigan. Escapo a algún lugar que me
recuerde esa naturaleza que no veo por esa ventana sin cielo, de colores grises
y líneas rectas que atrapan a la gente en cajas uniformes. Rectángulos que te
transportan de un cubículo a otro sin ver la esencia de algo vivo y salvaje. Cierro los ojos para ver sauces llorar
cataratas, mientras vuelan buscando otro lugar que habitar. Me escabullo entre las esquinas de mi caja
para anidar en huecos de troncos que den calor. Aprieto los ojos fuerte, muy
fuerte. No quiero volver a esta realidad gris.
Quiero quedarme en mi árbol, desde sus ramas puedo ver lejos, muy lejos,
y abrigarme con sus hojas oliendo la humedad, empaparme en su llanto, bañarme
en él y después vestirme de verde intenso.