El olor que salía por la puerta
abierta del bar la embriagó. La dama de negro no pudo evitarlo y entró.
Una mesa en un rincón oscuro
permanecía vacía pese a lo lleno que se encontraba el establecimiento. No pudo
evitarlo y se sentó.
Un camarero vino al poco tiempo a
recomendarle chocolate con churros, recién hechos. No puedo evitarlo y los
pidió.
Cinco minutos más tarde tenía
ante ella la taza y el plato. Paseó el dedo sobre el azúcar. No pudo evitarlo y
se lo lamió.
Un niño que corría entre las
mesas tropezó con la suya. No pudo evitarlo y la derribó.
La dama de negro miró con lástima
el chocolate derramado y los churros desperdigados por el suelo. No pudo
evitarlo y lo mató.