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Recogí mi sombrero y me puse en
marcha. Iba lista para la ocasión. Había estado ensayando toda la noche en
aquella burbuja. Lucía una chaqueta verde con ciertos toques de amarillo. Me
había preparado mis guantes blancos también, dispuestos para el momento. Decidí
soltarme el pelo para que se apreciase mi elegante cabello. Dispuesta para lo
que en pocos momentos iba a presenciar, me dispuse a adentrarme en aquel
melancólico lugar. Al entrar observé millones, de todos los lugares y de todas
las especies. Sí, encontré millones de peces, de todos los tamaños y formas. No
me imaginaba tanto público. Entusiasmada por la oportunidad que se me había
brindado, empecé el show, pero antes me paré a recordar. Siempre empezaba los
shows directamente, mas esta vez, este lugar, merecía ser recordado. Recordé
todo lo vivido en este lugar, todo los momentos felices y tristes que había
pasado aquí; sinceramente, se lo merecía. El show empezó. Comencé a enseñar los
típicos trucos de mago; sacar peces de mi chistera, algunos trucos de cartas...
vamos, lo normal. Aunque esta vez quería hacer algo especial, mi truco
favorito, "la metamorfia". El truco en sí era bastante complicado de
realizar, pero con mi experiencia fue pan comido. Invité a alguien del público
a acercarse a mí, y me dispuse a realizarlo. Entre palabras mágicas y
movimientos magistrales, el pequeño pez se convirtió en un gran y temido pez de
las profundidades. Todo el mundo aplaudió, bueno lo intentaron, tampoco les puedes
pedir más, al fin y al cabo siguen siendo peces. Al pasar dos minutos el gran
pez se volvió a convertir en un pequeño atún. Obviamente, el efecto de "la
metamorfia" no dura siempre, o quizás sí, quién sabe. Contenta por haber
terminado el show, recogí mis cosas y me dirigí a mi burbuja. Me quité el
sombrero, la chaqueta y hasta mis queridísimos guantes blancos y comencé a
recordar. Aquel lugar donde había realizado aquel show, no era un lugar como
otros. Era donde aprendí a realizar "la metamorfia" y eso, en cierto
modo, era nostálgico. Hacía muchos años de aquello y ya casi que ni me
acordaba, pero volver a observar aquel sitio, iluminó de nuevo mi interior.
Cansada, decidí irme a dormir, mas no sin antes recordar una última cosa, la
frase de mi maestro al enseñarme aquel maravilloso truco. "No lo uses
sobre ti, ni sobre personas que lo conocen, ya que puede ser muy perjudicial y
rara vez se vuelve al mismo estado de antes." ¿En que pensaba en aquel
entonces cuando lo realicé por primera vez? Sinceramente no lo sé. No sabía qué
hacía y por eso me convertí en esto. Por eso me convertí en sirena y ya no hay
vuelta atrás, o puede que sí. Esa es mi única esperanza. Despertarme cada día y
observar si por fin, me he transformado en lo que era antes. En un humana.
Intenté hacer algo arriesgado antes de irme a dormir. Sinceramente, no podía
aguantar mucho más así. Realicé "la metamorfia" sobre mí, como la
primera vez. A la mañana siguiente desperté alegre, podría seguir realizando
mis queridos shows, pero esta vez, con un público y una forma diferente.
Volvería a ser Anna, la de verdad. - Anna Dewitt 1943.