Te acercas, lo sé, oigo tus pasos retumbar a través de las
paredes de cristal de esta botella donde me tienes encerrada. ¿Vienes a por mí esta vez? ¿o volverás a escoger a otra de tus muchas víctimas para tus sucias perversiones?
Da igual... Esperaré, observándote, estudiándote. Ya conozco
tus debilidades, tu forma de actuar; sé que has planeado
construirte un harén con mujeres de múltiples mundos, anulando sus poderes, y
encerrándolas en estas botellas. Y sé que algún día abrirás mi botella,
liberándome... Liberando toda la magia que he acumulado a mi alrededor.
Y conocerás en cada átomo de tu cuerpo el dolor que has
infringido durante eones; nadie secuestra a una Ifrit y vive para contarlo.