martes, 25 de marzo de 2014
LA HORA
Ha llegado. La hora. No piensa aguardar a la noche. No deja una triste nota en el buzón. Solo se lleva su paraguas. Un paraguas antiguo que le trae recuerdos de la infancia. Niñez que no dejó huella alguna en su rostro triste que apenas sonrió a lo largo de su miserable vida.
Es la hora. El momento más triste. Se lanza al vacío. Sin gritos, sin aspavientos, renunciando a continuar en una lucha imposible. Ya nada queda, ni una migaja de esperanza en su cuerpo marchito.
El paraguas se abre, el reloj se hace pedazos mientras las campanas de la iglesia tocan a muerto y ella vuela. Cierra los ojos y salta hacia la nada.
Ha desaparecido del mundo que obstruía su mente. Despierta en un sueño eterno. Allí todo es de colores, no hay sombras. Y la hora no avanza. No se mueve el tiempo. Sonríe y pliega el paraguas.
Ha llegado la hora de una nueva vida....