-Ahí, muy bien, perfecto, junto a las estatuas de las diosas. Quédate quieta y sonríe mi amor…
-Mamá, me quiero ir a casa.
-Estate calladita. Sonríe un instante.
-Mamá, tengo miedo.
-Para de una vez, mi vida. Una foto y c’est fini. Di “whisky”.
-Mamá, vámonos ya. ¡Hay un monstruo a tu espalda!
-Pero qué bromista eres. ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAGGGGGGGGGGGGG!!!