miércoles, 19 de febrero de 2014
LA FAMILIA FELIZ
Parecía el marco perfecto de una familia idílica. Quien atisbara por la ventana a través de los visillos mal colocados, vería a una familia feliz, perfecta.
Solo la luz de la bombilla barata y unas extrañas mascotas eran testigos de que aquella imagen solamente era una fachada.
_No hay más dinero.
_ ¿Y cómo vamos a pagar la escuela del niño?
_No lo sé, ya inventaremos algo. ¡Papá! ¡Ten cuidado con el soplete!¿No vayas a incendiar la casa! ¡Solo nos faltaría eso ahora que he dado de baja el seguro del hogar.
Mientras, un niño de no más de 8 años, ausente al drama que vivían sus padres, compartía su comida con Dober y Crispy. No eran como los gatos y los perros normales que paseaban por las calles y por eso les tenían prohibido salir de aquella casa.
El niño, en el fondo de su corazón infantil, rezaba por las noches a los dioses de sus mascotas para que regresaran a recogerlas y lo llevaran también a él...